La agave filifera es una especie de planta suculenta perteneciente a la familia de las agaváceas. Se encuentra en el Desierto de Sonora en México, donde con otras plantas suculentas puede convivir con la sequía. También pueden encontrarse en las montañas Paparito de Chihuahua y en los Estados Unidos en Arizona y en el Condado de Santa Cruz en lugares secos a gran altura desde 1000 a 2200 metros.
Especie pequeña de agave, que se distingue a primera vista por los numerosos filamentos que salen de sus hojas. La inflorescencia puede alcanzar hasta 5 metros de altura. Requiere mucho sol, aunque resiste el frío hasta -8°C.
La agave filifera fue descrito por (Salm-Dyck) Baker y publicado en Hortus Dyckensis ou Catalogue des Plantes 1834: 309. El nombre genérico que fue dado a conocer científicamente en 1753 por el naturalista sueco Carlos Linneo, quien lo tomó del griego Agavos. En la mitología griega, Ágave era una ménade hija de Cadmo, rey de Tebas que, al frente de una muchedumbre de vacantes, asesinó a su hijo Penteo, sucesor de Cadmo en el trono. La palabra agave alude, pues, a algo admirable o noble. filifera: epíteto latino que significa "con hilos".
Multiplicación: Propagación por división de renuevos, brotes o hijuelos nacidos junto a la planta madre. También es posible la reproducción por semillas, aunque el agave puede tardar décadas en florecer y por tanto, no siempre será posible proveerse de semillas.
Poda: Generalmente no precisa poda, aunque conviene eliminar las púas de las puntas de las hojas con cuidado para evitar el peligro que suponen. Si se necesita eliminar o recortar hojas, se debe tener mucho cuidado con el jugo que suelta la hoja, muy irritante tanto para la piel como para los ojos u otras zonas delicadas del cuerpo.
Planta decorativa por sus hojas suculentas de color verde oscuro con filamentos o hebras blancas que cuelgan en los márgenes de las hojas. Aunque puede tardar varias décadas en florecer, cuando lo hace, emite una espiga arqueada de más 5 metros de altura con flores. Cuando la flor se marchita, la planta muere y es sustituida por hijuelos generados alrededor de la planta madre. El agave o pita crece bien en suelos ricos y bien drenados, a pleno sol. Es resistente al calor y a la sequía pero necesita protección frente al viento frío y a las heladas.
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