
Dónde
Un suelo fértil y bien drenado es lo primero que debemos procurar a esta planta. La luz es un factor importante, por lo que buscaremos una ubicación con abundante luz solar, para que el jazmín esté a pleno sol o parcialmente soleado. El jazmín de verano, preferiblemente, lo tendremos protegido del viento y a pleno sol y, si es posible, orientado al sur o sudeste. El jazmín de invierno está mejor en sombra parcial y no es tan importante la orientación, aunque evitaremos el norte y noreste. En zonas muy frías con inviernos duros y heladas, es muy probable que sea necesario cubrir el jazmín con un plástico para evitar que el frío lo mate.
Si queremos tener el jazmín plantado en una maceta, es muy importante que nos aseguremos de que cuenta con un buen drenaje, con tal de evitar que el agua se estanque. Si llenamos la parte inferior de la maceta con guijarros evitaremos que la tierra se vuele por los agujeros y los tape. Para terminar rellenaremos el resto de la maceta con sustrato, dejando los dos últimos centímetros hasta el borde vacíos para regar cómodamente. Ahora es el momento de colocar el jazmín en un sitio donde tenga mucha luz natural.
Riego y nutrición
Durante los meses más cálidos del año el jazmín necesita agua abundante, que justamente es la época de crecimiento, en primavera y verano. Pasados los meses calurosos, en invierno, el jazmín, al igual que otras plantas, entra en un estado de inactividad o hibernación, por lo que reduciremos el riego al mínimo. Si tenemos el jazmín en el exterior, en nuestro jardín, probablemente no será necesario regar durante la temporada invernal, a no ser que se tenga un clima extremadamente seco o si el suelo está congelado. En tal caso regar con agua tibia es lo mejor.

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