jueves, 16 de junio de 2016

El cultivo del cocotero


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El cocotero es la palmera más cultivada del mundo y no por casualidad, pues representa la principal fuente de grasa vegetal. Esta planta proporciona una gran diversidad de productos de tipo: alimenticio, líquido (para beber) y fibroso textil (para abrigo). Principalmente se cultiva en Indonesia, India, Filipinas, Malasia, Centroamérica y África tropical. La distribución de la palma de coco se extiende por la mayoría de las islas y las costas tropicales.


Preparación del terreno

El suelo donde se cultivará el coco debe estar limpio, sin malas hierbas. El método habitual es el mecanizado debido su bajo coste, pero solamente se puede aplicar a terrenos sin demasiada pendiente. 

No conviene que el cocotero padezca periodos largos de encharcamiento, si la capa del suelo se encuentra endurecida es recomendable un paso de subsolador con tal de mejorar el drenaje tanto interno como externo del suelo. 

Fertilización

La producción del cocotero determina la cantidad de fertilizantes que requiere, pero también la edad de la planta, el nivel y disponibilidad de nutrientes del suelo, el tipo de cocotero, el tipo de riego, etc. Así pues, es necesario realizar un análisis del suelo para determinar los requerimientos de nutrientes con exactitud. 

Los nutrientes más importantes para el cocotero son el nitrógeno, el fósforo, el potasio, el cloro y el calcio.

Los momentos de fertilización pueden variar, no obstante es posible generalizar la aplicación dos veces al año, una al inicio y otra al final de la época lluviosa.

Riego

La necesidad de riego del cocotero puede variar debido a varios factores como el clima local (temperatura, radiación solar, humedad relativa, velocidad del viento), el tipo de suelo, la edad de la planta, el tamaño, etc. 

El cocotero gigante es más resistente al estrés hídrico que el de tipo enano. Si no existen limitaciones de agua se recomienda el riego por inundación parcial, si no los métodos de riego recomendables son los localizados: goteo, microaspersión, goteo subterráneo.

Malas hierbas

Las malas hierbas pueden ser controladas con una combinación de métodos mecanizados y manuales, aunque también se pueden emplear herbicidas. Los mejores rendimientos en producción y economía se dan con una combinación de dos pases de rastra y una eliminación de forma manual.

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